Meter todos los segundos que me quedan por vivir en un reloj de arena, para así ponerlo en marcha cuando yo quiera. Dar el botón off del mundo, o poner una señal de STOP delante de todas las personas. Cambiar todos los semáforos al color rojo. O arbitrar el partido de mi vida, dando un pitido tan agudo con mi silbato que haya que llevarse las manos a los oídos. Quitar todas las pilas de los relojes. Estoy hablando de parar el tiempo con tan sólo chascar los dedos. Necesito pararme a pensar. Lo necesito. Paren el mundo por mí. Se lo ruego. Te lo ruego.